La chica iba andando por la calle con paso decidido. Su aspecto era juvenil, desenfadado. Vestía unos shorts vaqueros y una camiseta lila. El cabello, recogido en una coleta alta, se movía de lado a lado al compás de sus zancadas.
Cargaba con una bolsa de tela en un hombro, en la que se podía leer “ Be positive! ”, y de la cual sobresalía una toalla de playa. Unas grandes gafas de sol cubrían buena parte del rostro. Como único complemento, llevaba colgando unos auriculares por donde escuchaba música procedente de su móvil.
Al observarla, cualquiera podría pensar que era una chica más, normal y corriente. Pero, no. Ella no era como las demás. Ella era especial. Pero eso solo podría captarlo alguien con un alma afín a la suya.
Lídia Castro Navàs
Solo la pueden ver los que tienen ojos en el alma, los que miran al corazón y no su silueta.
Muy bonito Lidia!!
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Gracias Luis!! 🙂
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Muy hermoso Lidia cuantas personas dentro de lo cotidiano se esconden como seres especiales para poder descubrir 🙂
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Cierto, solo hay que saber mirar más allá. Gracias, Silvia!! Un abrazo 🙂
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🙂 otro enorme.
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Sentirnos únicos y especiales nos hacen los que nos ven asi.
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El reto está en sentirnos especiales por nosotros mismos. ¡No tenemos que querer más! 🙂 Un saludo
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