Un flechazo 

Nunca sabes cómo ni cuándo actuará Cupido en tu vida. Pero así lo recuerdo yo:  

Primero, fue su robustez lo que me atrajo. Con él me sentía segura y protegida. Su estilo era algo particular, una mezcla de elegancia y sencillez, que no dejaba indiferente. Después, su voz me cautivó por completo, era cálida y acogedora. Hablar con él no era como hablar con una máquina. Y, por último, el brillo que desprendía su carrocería metalizada me hipnotizó. 

Por eso siempre digo que cuando fui a comprar mi coche, ¡fue un flechazo! 

Lídia Castro Navàs