
Con paciencia y dedicación va tejiendo todos los días sin descanso. El delicado hilo entre sus manos se transforma en una compleja tela. En cada puntada intercala un pensamiento o una emoción: miedo a la injusticia, cariño, orgullo herido, desazón, el dulce aroma de la canela, incertidumbre, esperanza, el olor de leña quemada, solidaridad… Todo queda atrapado conformando un tejido único lleno de experiencias vividas a lo largo de un año.
Muchos relatos quedan por tejer; así como la araña aguarda a sus presas en su trampa mortal, esta “tejedora” espera vuestras visitas atraer.
¡FELIZ AÑO 2017!🎉🌟💓
Lídia Castro Navàs