En estas fechas tan entrañables se suelen juntar en una misma mesa varias generaciones de la misma familia, dando lugar a conversaciones que destacan por el llamado cambio generacional.
—Los tejidos de antes duraban más —afirmó la voz de la experiencia.
—Pero se arrugaban más fácilmente, en cambio las fibras sintéticas actuales necesitan menos cuidados —dijo la otra.
—¿Qué quieres que te diga? Yo prefería planchar esas sábanas de algodón tan recias. ¡Eso sí que eran unas buenas sábanas que te arropaban por las noches!
—¡Quita, quita! —exclamó la más moderna—, yo las sábanas ni las veo, van directas del tendedero a la cama.
La voz de la experiencia la miró sin decir nada, pero con ese silencio mostró su clara desaprobación.
—Además, —continuó la más joven— yo soy muy ligera y con un golpe de vapor lo tengo listo en poco tiempo; en cambio antes… tenías que pasar tres veces por la misma arruga para que cediera y con el peso… ¡qué dolor de brazo!
—Pero el peso fortalecía los músculos, jovencita. ¿Qué sabrás tú que todavía gozas de la libertad y de la vida activa? —dijo la mayor indignada—. Espera a que llegues a mi edad y te releven por una más joven y nueva. Ya me lo dirás cuando te quedes relegada en un armario.
—Eso falta mucho para que pase —dijo con cierto deje de orgullo.
—Yo no estaría tan segura, he escuchado que para Reyes se ha pedido una de esas de vapor vertical. En unos días te veo conmigo, en el fondo del armario.
—¡Qué vas a oír, tú! Si la cal te tiene los orificios taponados.
Alguien entró en el cuarto de la plancha, interrumpiendo la conversación que había subido de tono. Llevaba una caja en las manos donde se podía leer: “Plancha de vapor vertical”. Y la estaba envolviendo de regalo. A la joven se le escapó una gota de agua de su depósito, sus días estaban contados.
Aquí están las dos planchas que han ganado respectivamente Carlos y Junior. A ellos les dedico esta entrada por amenizar mi votación de relatos navideños jajaja 😉
¡Gracias por inspirarme!
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Vaya…..me has recordado que tengo que planchar, jejeje.Haré como si no te he leído…Un abrazo
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jajaja Noooo, no planches! Olvídalo. Sofá, lectura/peli/juego y a descansar! jajaja
Un abrazo de vuelta, Rubia!! 🙂
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Lidia mi mujer y yo trabajamos y claro yo tengo que hacer la faena de la casa, como debe ser. Ella hace menos labores en casa que yo. Porque trabaja todo el dia. Me toca siempre plancha y no me queda otra. Mi mujer lleva uniforme y yo tambien. Ya de paso plancho todo, aunque ahora no se lleva. Muchas gracias por el regalo y que ilusiona. Ya veras mi mujer que contesta se pone. Estoy muy contento de ese gran ♡ que tienes. Ahora a esperar a ver que dice Carlos jajajajaj
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Yo odio planchar y por eso no lo hago, prefiero mirar para otro lado cuando veo una arruga jajajaja
Gracias a ti, por seguir la estela de este blog jajaja 😉
Un abrazo grande, Junior!!
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Ja, ja, muy bueno. Mi plancha se siente abandonada…
Un besote
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Mi plancha… ¿Un momento, tengo plancha? jajajaja no sé si tengo, fíjate jajajaja Esas son las de mi madre, que guarda una de esas más viejas, que pesa una barbaridad «por si acaso». Y yo siempre pienso: ¿Por si acaso qué? jajaja
En fin, ve saludando a la plancha de tanto en tanto, pero desde fuera del armario, hay que resistirse a planchar 😉
Un besote de vuelta, Luna. Gracias.
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Muchas gracias Lidia. Menudo regalazo entretenimiento y cálido atardecer en el mismo paquete. La de la izquierda es hermana de la que tengo al uso y en plenas facultades psicofísicas desde que forma parte de la familia, incluso duerme en caja original. Creo que hasta tengo adicción por el humo de su vapor. La derecha más moderna corresponde al turno de mi chica. O sea que ¿O es pura coincidencia o has instalado una cámara oculta en el cuarto de las latas? Un besazo.
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Me alegra que te guste la sorpresa, Carlos jajajaja He tenido que establecer una orden de busca y captura para encontrar esta plancha, que sabía que mi madre tenía en algún armario. Se me ha resistido pero al final he dado con ella. Así que, te informo, que no, no me he colado en tu cuarto de las latas!!! jajajaja
Un besazo cargado de cariño 🙂
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¡Anda pues son idénticas. ¡Tirar y pagar lo último! Es la máxima de nuestra generación. ¿Tú te imaginas la ilusión que nos hizo comprar esa plancha de vapor?
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Lo sé, lo sé. Mi madre me ha estado explicando que mi abuela tuvo una que se tenía que calentar en el fuego o en la estufa y que era toda de hierro. O sea, hoy esa plancha la llamaríamos inhalámbrica jajaja 😉
Mi madre no tira nada que todavía funcione, «por si acaso».
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Este 2017 me compre un centro de esos de planchado vertical y la verdad fue todo un acierto. poco me gusta planchar pero con estas planchas es una gozada, se queda todo perfect y con pocas pasadas. No me extraña q le hayan comido terreno a las antiguas, yo ya no volvería a las otras ni loca jajajaja
Besitos 😚 Lídia
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Las pobres planchas van perdiendo el agua de su depósito, gota a gota, lágrima a lágrima… 😢
Yo me resisto a planchar, lo odio y no lo hago 😅 Ropa que no se arruga, tender muy estirado, plegar estirando más… He aprendido muchas técnicas jajajaja 😂 Todo sea por evitar la plancha!!
Muchas gracias, Mukali. Besoooos de vuelta 😘😘
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¡Hala! Constatamos que Lo nuevo se impone a pesar de la obsolescencia programada. ¿Lídia ha cambiado de blog, o sólo es un restiling? Un besazo.
Lo viejo es fiable. Un besazo.
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jajajajaja Es nuevito, Carlos. Pero en la mudanza me he traído todos los muebles, ya sabes, no hay que tirar nada jajaja
Gracias por estar aquí 🙂 🙂 Besooooos
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Eso está muy bien Lidia, así se hace una mudanza, se trae uno hasta la basura y luego ya iremos tirando. O sea que al final todo merece una segunda oportunidad.
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jajajajajaj
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Me hiciste recordar las planchas de mi madre… Gracias. Te deseo Feliz Año Nuevo, Lídia, lleno de salud, paz, amor, y sin planchas mejor. Yo también odio planchar. Un fuerte abrazo.
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Muchas gracias, Julie. Celebro haberte despertado recuerdos 🙂
También te deseo un año nuevo lleno de letras y proyectos interesantes. Un abrazo fuerto 🙂 ❤
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Jajajaja qué lindos son, me alegran el despertar, Lidia tan generosa con esos regalos y Carlos y Junior felices y agradecidos. Los quiero amigos, que tengan una hermosa noche de despedida de año y un gran inicio 2018. 🤗🌹
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Muchas gracias, Patricia. Me alegra alegrarte jajaja
Igualmente, que tengas un gran inicio de año, sin muros que te retengan, ni cadenas que te opriman, con muchas libertad!! 🙂 ❤
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Es la mejor forma de despegar para surcar un nuevo año. En libertad 💃🏻🌹🌹🌹🌹
Gracias querida.
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Planchar, ¿pero que es eso? Viví la época de «la arruga es bella» y ahí me quedé tan ricamente, ajena al cambio de modas. ¡Qué relato tan divertido, Lidia!
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jajaja pues yo igual, eso de planchar no va conmigo 😉
Me alegra un montón que te haya gustado 🙂 Muchas gracias, Carmen!!
Abrazooo
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¡Hola! Me ha encantado jajaja. A mi se me da fatal planchar, sufro cuando me toca hacerlo. Intuyo que mi plancha no estará muy contenta conmigo.
Un besito y Feliz Año :).
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Muchas gracias, Eurus. Yo no soy de planchas
no me gusta y no lo hago jajaja Nuestras planchas podrían irse a hacer un café porque creo que deben de estar las dos muy aburridas.
Un besito de vuelta y feliz año también para ti 🙂
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Pobrecillas… Las nuevas tecnologías siempre desplazando a los viejos y entrañables objetos. Yo la verdad es que plancho lo mínimo. Estiro la ropa todo lo posible en el tendedero y la lavo con centrifugado bajo aunque salga más mojada para que se arrugue menos… Es que si plancho tengo menos tiempo para leer y escribir y es cuestión de prioridades, jeje…
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Exacto!! Yo hago lo mismo jajajajaja Mis prioridades se parecen a las tuyas por lo que veo, y planchar no es una de ellas 😉
Un besazo, Mayte y gracias!
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¿Este blog es nuevo Lidia?
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Que siiiii, pero lo he importado todito 😉 y se han venido conmigo vuestros comentarios
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Me has dejado planchado. ¿Lo ha dicho alguien antes? Es que soy poco original.
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jajajajja Pues no lo había dicho nadie, así que sí que eres original 😉 Al menos, me has reír 😛
Me alegra haberte dejado planchado jajaja
Un abrazo y como no sé si te he deseado feliz año ya (lo he repetidos varias veces y he perdido la cuenta jijiji), pues eso… ¡Feliz año, Francisco! por un 2018 lleno de letras y proyectos cumplidos 😉 Abrazote
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¡Qué buena historia creaste,Lidia! En verano más detesto la plancha… Y los hombres, en un día, cambian de camisa o pantalones como si fuesen vasos…¡Grrrrrr….!
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Pues yo no plancho para nadie, eso lo tengo más que claro. No plancho ni para mí jajajaja
Gracias, Sari 🙂 Besooo
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¡Que envidia! Continúa tan inteligente como hasta ahora.
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Por supuesto 😉
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