Bajé del carruaje con expectación y a la vez con reservas. Los arcos apuntados de las ventanas enmarcaban unos coloridos cristales. El tejado, cubierto de tejas azuladas, estaba salpicado de torreones con la misma cubierta. La puerta principal era un robusto portón de madera y engranajes de hierro forjado. Dos leones, en posición rampante, flanqueaban la entrada alertando al visitante. Paralizada ante tal expresividad esculpida en piedra, tragué saliva y crucé el umbral, apretando con fuerza la empuñadura del puñal que escondía bajo mi vestido de terciopelo azul.

Y a donde ibas con el puñal, ¿algún regicidio pendiente?
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😂 Nunca que se sabe… 😜
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Es el principio prometedor de una novela medieval.
Continuará…
Me gustó.
Saludos.
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Muchas gracias!! 🙂 Me alegra que te gustara!! Una saludo!!
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También escribí sobre ese terciopelo azul, eso si, menos dramático y más erótico, dejo el enlace https://poetasnuevos.wordpress.com/2016/09/02/terciopelo-azul/
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Mucho más erótico, pero precioso!! ❤
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Muchas gracias, en verdad se aprende leyéndote.
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Gracias a ti!! 😊 Siempre se aprende algo leyendo a los demás!!
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