El mar

Vivir al lado del mar es un privilegio conocido solo por unos pocos. Me encanta estar ahí todo el día: tumbada en la arena, disfrutando de los rayos del sol, concentrarme en el vaivén del agua, escuchar ese rumor que me hace adormecer, notar la caricia de la arena sobre mí… Lo que peor llevo son los pies; sobre todo esos con callos, durezas o uñas largas. Me arañan al pasar y me entra un repelús… ¡Y es que ser pasarela de playa tiene sus inconvenientes!

Foto propia. Tarragona, 2017

Lídia Castro Navàs

43 comentarios en “El mar

    • Muchas gracias! El mar me da vida, aunque he pensado lo que debe sufrir la pobre pasarela aguantando todos esos pies descalzos! jeje 😉 A ella le dedico el micro. Un abrazo!! 🙂

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  1. jajaja. Tu i les teves ocurrències! La platja sempre enamora amb totes eixes coses que has comentat; el soroll de l’aigua, la brisa, els passetjos per la vora de la mar, perdre la mirada en l’horitzó… Tot això em relaxa moltíssim!

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      • No, no, ¡que Cernunnos me libre!
        Es solo que me ha venido a la cabeza.
        El chiste sigue, después de que le digan que parece un agúila, cuando el tipo del trampolín pregunta: ¿Por la pose? Contestación: ¡No, por las uñas, tío guarro!
        Pues eso 😀 😀 😀 😀

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