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Llegar a ser uno de los mejores samuráis, no fue una tarea fácil: mi vida, basada en la bushido, se caracterizaba por la rectitud, el valor, el honor, el respeto… La lealtad a mi señor era mi única bandera; no le temía a nada, ni siquiera a la muerte. Hasta que un día me encontré cara a cara con ella. El enemigo me tendió una emboscada y solo me quedaba una salida si no quería caer prisionero: el seppuku, el suicidio ritual.
Toda una vida preparándome para ese momento, pero, días antes, había perdido el tanto, el cuchillo para llevar a cabo el seppuku. Un anciano me regaló entonces una daga muy especial, con mango de jade donde había grabado un precioso corcel. No me parecía bien hacer el ritual sin el arma oficial, pero en el momento crucial empuñé esa daga y, aunque extraña y poco usual, no pude hacer más que usarla. No recuerdo el dolor ni la sangre… pero sí recuerdo la oscuridad que me tragó y de la que salí fortalecido. Mi suicidio no me provocó la muerte, sino un nuevo renacer: ahora soy la montura de un guerrero y su más fiel compañero.
Esta es mi participación para el reto de marzo de «Lo ves es lo que lees» del blog de Jessica Galera Andreu.
¡Me encanta, Lídia! Muchas gracias por tomar parte en mi retito para dejar una historia tan bonita, además de súper instructiva porque he aprendido un montón de vocabulario relativo a la temática tratada. ¡Mil gracias, sister!
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Muchas gracias a ti, sister 😀 Me alegra que te haya gustado y que hayas aprendido sobre samuráis 🙂 Abrazo enorme ❤
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Una romántica e instructiva historia sobre tiempos pasados en el remoto oriente. Un besazo.
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Muchas gracias, Carlos 🙂 Me alegra que te haya gustado el micro. Un besazo de vuelta.
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Tiene mérito hacer que una historia en la que aparece un suicidio resulte emotiva y hasta romántica. Muy bonita. 🙂
Un besote
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Muchas gracias, Luna 🙂 Me alegra que te haya gustado. El mundo de los samuráis me atrae bastante 🙂 Un besote de vuelta.
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¡Suerte en el reto, Lídia! Me encantó tu relato. Un abrazo
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Muchas gracias, Úrsula 🙂 Me alegra que te haya gustado el relato. Un abrazo enorme de vuelta.
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Bonito e instructivo relato. Yo también he aprendido algunos nuevos términos que desconocía, o no recordaba. El mundo samurai ha llamado siempre mi atención. El concepto de honor y servicio es alimento necesario en estos tiempos con, quizás, poca orientación en ese aspecto. Este sería un bonito debate delante de un largo te o copa de vino, en buena compañía. Gracias Lidia y suerte
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Muchas gracias, Esther. Me alegra que te haya gustado y que creas que podría llenar una amena conversación; yo también lo creo. Me encanta hablar jaja 😉
Un abrazo 🙂
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Muy bueno Lidia. No es fácil convertir un suicidio en una historia casi entrañable. Abraçada.
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Muchas gracias, Carlos. Me alegra que te haya gustado. Una abraçada 😊
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¡Uah! Una obra épica y mágica. Me ha encantado.
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Muchas gracias, Francisco 🙂 Me alegra que te haya gustado 😀
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Llegar tarde y con daño…
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