Escribir jugando (septiembre)

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Reto – Septiembre

  • Crea un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.
  • En tu creación debe aparecer el objeto del dado: una fuente.

reto agosto

Reto opcional:

  • Que la historia contenga la palabra: Izanami (Nombre propio. Diosa de la creación según la mitología japonesa).

 

¿Juegas?

Mi propuesta saldrá publicada mañana 🙂

Seguro que adivinas dónde he estado este verano… 😉

Lídia Castro Navàs

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72 comentarios en “Escribir jugando (septiembre)

  1. Hola Lidia,
    Deseando leer tu relato :P, pues anda que no es feo el abanico ese, mas que aire te produce sofoco, jajajaja. Y idea me está dando, pero puede ser un poco polémica, hummm, me lo pensaré: polémica o novelita de intriga de nuevo??? No se que hacer 😛
    Besote!!!!

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  2. Pingback: Escribir jugando (septiembre) – jm vanjav hasta en 500 palabras+

  3. Difícil reto, con Izanami de por medio. Nihon go de, muzukashii desu. Esa carta… es una absoluta pasada, una maravilla. En 100 palabras…

    Izanami, misterio y dualidad

    Con cada vaivén del abanico, Izanami parecía engendrar nuevos mundos: valles y montañas, océanos y cielo, lo celestial y lo demoníaco. Tal era su poder: con cada giro, con cada leve gesto, conquistaba a los hombres, que caían rendidos. Seductora, su lecho era la fuente de todos los placeres y a la vez fuego abrasador donde sus amantes se consumían. El último de ellos yacía exhausto y embelesado junto a la diosa. Justamente Ishikawa, el samurái, siempre se consideró muy… «macho».

    Izanami… abanicos que escondían secretos; misterios y dualidad. Un alma transfigurada; espíritu de mujer… en un cuerpo de hombre. 
    =================================================================
    Cuando llegó era un niño delicado
    no quería mancharse jugando en el descampado
    era un tipo legal, un amigo, un aliado
    Había vivido arrogante aquel error inocente
    llevar en cuerpo de hombre, una mujer en su mente
    era un hombre tranquilo
    ella una dama valiente.
    Oh, Manuel Raquel
    Manuel, Raquel no aguantó
    siquiera el primer invierno…
    («Manuel Raquel», de Tam Tam Go!)

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    • No tan difícil, por lo que veo. Muy buen micro donde has aúnado los elementos del reto y otros de la cultura nipona. El clan Ishikawa, es el clan de samuráis que más me gusta por su emblema. Lo usé en mi novela de «La bruja, la espada y la hija del herrero» 😉
      Oye, qué recuerdos la canción de Tam Tam Go! Brutal!
      Muchas gracias por participar en el reto, What 🙂 Saludos.

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      • Anda, qué fuerte. No lo creerás, pero he tomado el apellido Ishikawa a voleo, sin saber nada. Así que es pura casualidad, necesitaba un apellido.
        ¿Sabes? Takeshi Kitano toca el tema de la homosexualidad en el mundo de los samuráis en una de sus películas. La vi hace bastantes años, en un ciclo sobre el director que hicieron en el cine Verdi. Un poco lo que me llevó a esta trama o idea fue la espeluznante careta (abanico), jajaja…
        Quiero aclarar, aunque quizá no haga falta, que en mi relato no quiero lanzar ningún juicio, valoración, definición (faltaría más) o generalización sobre esta temática, decir «las cosas son así o son asá». Solo me invento y cuento una historia.

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  4. Pingback: Mitología callejera. Escribir jugando (septiembre)

  5. Querida Lídia

    He dado una temporada sabática a mi blog de relatos. Pero para matar el gusanillo, participaré todos los meses en tu reto. El título del microrrelato de septiembre es ‘La última geisha’.

    ‘En mi último viaje a Japón, ocurrió algo muy extraño: habían desaparecido todas las geishas del país.

    Japón había firmado recientemente un tratado internacional contra la violencia de género.

    Y aunque las geishas eran una tradición, no encajaban del todo en los términos del tratado; así que el emperador emitió un edicto en el que daba un plazo prudencial para que buscaran otro oficio.

    Recorriendo los barrios más alejados de la urbe, junto a una pequeña fuente, me pareció ver una geisha. Me acerqué y le pregunté si era la última.

    – No te confundas -me dijo-, soy Izanami.’
    (98 palabras sin contar el título)

    Un abrazo

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    • Wow, Ratonet! Me encanta tu micro! 😀
      Te ha quedado muy redondo, incluyendo cada elemento del reto, haciendo crítica social y además con final sorpresivo, inesperado, incluso con un toque de humor.
      Muchas gracias por participar en el reto.
      Un abrazo 🙂

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  6. Oculta entre las nubes,
    a través de mundo y medio,
    para urdir nuevos encantos
    bajo la oscura Luna nueva.
    Ahora que tiñes el jabón
    con más terribles conjuros.
    ¡Bruja, más que bruja!
    Un besazo.
    ¿Dijiste que te ibas a hacer jabón, a comprar jamón, a Arcos de Jalón o a Japón? ¡Uy que lío!

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  7. LA DOBLE IDENTIDAD DE IZANAMI
    Todos la conocían como La diosa de la creación. Gracias a ella, somos lo que somos y gozamos de los bienes y desgracias que tenemos. No pudo hacerlo de otro modo.
    Tenía un moño imponente que adornaba su bello y delicado rostro redondeado, propio disfraz de la representación del mal; cuando este se adueñaba de la mitad de su ser.
    Cuentan que en su niñez, la mitad de su rostro fue sumergida en la fuente «Malhidami» y por eso, cuando se transforma; se cubre con un abanico rojo con motivos diabólicos.
    Entonces todos entienden que es la representación del mal.

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  15. Hola Lídia, no quedé contenta con el micro que hice, pero quiero participar, aquí te mando mi pequeña historia imaginaria. Creo que conseguí las 100 palabras. Estuve muy liada este mes pero no puedo faltar a la cita. Un beso fuerte. No le puse título.
    —–

    Entre las más de seis mil islas de Japón, una no tenía nombre. Se parecía mucho a Okinawa, porque era la más pequeña. En esta isla vivía Izanami, no era diosa, era una geisha dedicada a la música y la danza del abanico. Tenía una fuente y muchas flores. Preparaba el té. Su invitado era un hombre de negocios importante. Él amaba la cultura, la elegancia, el buen gusto… y le iba a decir sí a la propuesta que le hizo en su anterior visita. Al día siguiente guardó el kimono en su maleta y marchó de Japón para siempre.

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    • ¡Hola, Julie! No sé cómo puedes decir que no estás satisfecha con el resultado. A mí me parece una historia bonita, en que el amor hace virar el rumbo de la vida de la gueisha. A mí sí que me gusta.
      Me he tomado la libertad de ponerle el título de «La isla sin nombre» a tu micro.
      Muchas gracias por participar en el reto. Significa mucho para mí que no quieras faltar a esta cita 😀
      Un abrazo grande y feliz fin de semana 🙂

      Le gusta a 2 personas

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