Renacimiento

Asistía por primera vez al ritual. Me impresionó ver a la sacerdotisa, frente a la pila sagrada, tan seria, tan conectada. Tan lejos de allí y, a la vez, tan presente. Con los ojos cerrados y, después de entonar unos cánticos ininteligibles, nos habló de renacer como hacía la Tierra en sus ciclos. No había que luchar contra los cambios, sino aceptar cada una de las transformaciones que llevaba la vida consigo. Entonces me di cuenta de que me estaba resistiendo a cambiar; por fin comprendí cuál era el camino: fluir con lo que la vida tenía preparado para mí. 


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de marzo, un microrrelato de 100 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Puedes consultar las bases aquí:

¿Te interesan los juegos de mesa que te ayuden a mejorar tu escritura? 

Te aconsejo unos cuantos. Echa un vistazo en el siguiente enlace:

Lídia Castro Navàs

La voz

Desde que nació, sin tener siquiera un capazo en el que dormir, supo que su vida miserable sería su propia jaula. Pero poseía algo que lo haría libre: su voz. Cuando aprendió a cantar sintió que sería posible salir de su prisión. Con el tiempo y su fuerza de voluntad férrea lo consiguió.


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de febrero, un microrrelato de 53 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

El mensaje

«Camina hacia el sol, siguiendo el sendero de flores amarillas», decía el mensaje. «Te guiarán hasta el vetusto óculo de piedra que te revelará tu destino», rubricaba el final. Esa nota apareció en mi escritorio; encima de él estaba el ópalo que usaba como pisapapeles. No sabía de dónde procedía, pero fue más grande la curiosidad que el temor. Decidí seguir sus indicaciones. Necesitaba conocer qué escondía ese acertijo y qué me depararía el destino. 

Resultó ser una treta para que saliera de mi cuarto y pausara mi estudio. Caí en la trampa, pero el paseo me sentó bien.


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de enero, un microrrelato de 99 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

La inspiración de Mary

Mary se mecía ante la chimenea. A un lado reposaba su inseparable bastón; hacía años que lo necesitaba. Esperaba el cheque de Navidad cuando uno de los leños crepitó con fuerza y el destello provocó que cerrara los ojos. Al abrirlos sintió un brío que la hizo ponerse en pie de un salto. Corrió hasta su taller, que seguía como el día en que se jubiló; nunca quiso desmontarlo. Empezó a crear un nuevo vehículo: con motor de avión, ruedas de motocicleta, silla de montar y funcionaría con vapor. No sabía si gustaría, pero ella ya se veía conduciéndolo.


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de diciembre, un microrrelato de 99 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

¿Apego o pasión?

Vuelvo a estar enfrascado en mi estudio. Me paso las horas muertas buscando la isla Amatista en este mapa que me costó una fortuna conseguir, pero que me aseguraron que estaba hecho por el mejor geógrafo del momento. Entonces, un golpe secó suena en la puerta de mis aposentos.

—¡Papá, llegaremos tarde a la fiesta de Halloween! Mamá ya ha sacado el coche del garaje. ¡Date prisa!

Mis antigüedades son más importantes para mí que cualquier fiesta mundana. Lo llaman apego; yo lo llamo pasión. 


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de noviembre, un microrrelato de 85 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

Juego de dioses

Me encontraba en el tejado cuando vi caer una estrella sobre nuestro pueblo. Pedí un deseo: conocer los mayores secretos del Universo. Y esa misma noche se me concedió. Pude ver cómo los dioses, que no eran más que niños, jugaban con nosotros a su antojo y provocaban tormentas, incendios e inundaciones. Cuando se cansaron de eso, decidieron entregar la pólvora a los humanos. Ahí, la historia cambió radicalmente. Las guerras asolaron la Tierra y los dioses perdieron el poder sobre la humanidad para siempre.


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de octubre, un microrrelato de 85 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

Juicio final

De repente apareció una figura en mi habitación. Portaba una balanza en una mano y en la otra una espada. De no ser por las grandes alas que asomaban por su espalda, hubiera dicho que era una mujer cualquiera, pero era Maat, diosa egipcia de la justicia. Dejó su balanza ante mí; en uno de los platos había una howlita. Recordaba de mis libros de mitología que se pesaba el corazón con una pluma. El otro platito estaba vacío. 

—Ha llegado tu juicio. 

Entonces entendí la función de la espada que sostenía. Me estremecí, pero no hice nada para evitarlo. 


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de septiembre, un microrrelato de 100 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

Cerebro enlatado

El calor de julio empezaba a ser intenso y sentía mi cerebro enlatado, igual que lo único que había en mi despensa: una lata de sopa de tomate. 

Llevaba meses sin salir de casa con la intención de componer algo. Por desgracia, las musas me habían abandonado, solo me habían visitado unas hadas que me narraban el argumento de un cuento. ¡Pero yo no quería escribir un cuento! Quería componer la mayor melodía para violín de la historia.


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de julio, un microrrelato de 78 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

Esa noche

Aún recuerdo esa noche en que me rompió el collar. Mil fragmentos de malaquita quedaron esparcidos por el suelo, junto con mi dignidad. No sabía cómo había llegado a aceptar mi sumisión. Pero esa noche vi la luz; mientras estaba semiinconsciente, se me apareció un ciervo. De sus cuernos brotaban hojas y en su mirada vi la fuerza que me insufló coraje. Esa noche me fui. Empecé de nuevo, con la confianza de que todo iría bien. Hoy, diez años después, no puedo ser más afortunada. Todavía agradezco que ese ciervo intercediera en mi vida.


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de junio, un microrrelato de 95 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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Lídia Castro Navàs

¿Mérito?

Giuseppe no salía de su laboratorio desde sus años de estudiante en la universidad. Día y noche investigando le habían costado la juventud y la posibilidad de formar una familia. Pero lo único que él deseaba era constar en los anales de historia, siendo el inventor de algo importante para la humanidad a nivel mundial. Lo que jamás pensó era que ese día llegaría solo por ver caer una piedra del cielo. Había sido una casualidad que esa noche se quedara en vela esperando unas reacciones químicas y viera el destello en el cielo. ¿Qué mérito tenía eso?


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de mayo, un microrrelato de 95 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

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