Cuando Perséfone, la hija de la diosa de las cosechas, fue raptada por el dios del inframundo, todos los campos perdieron su color y las flores empezaron a marchitarse. Hades había conseguido que Deméter entristeciera hasta el punto de que la eterna primavera desapareciera y diera paso a una nueva estación: el otoño; caracterizada por las constantes lluvias, que no eran más que el llanto de una madre desconsolada; y el alegre color verde fue sustituido por el marrón y el ocre, tonos que mostraban el dolor emocional de Deméter.
Zeus, el rey de los dioses, se preocupó por la supervivencia de los humanos, pues estos dependían de las cosechas. Intervino en el asunto y logró acodar que durante un período de tiempo, Perséfone volvería con su madre, dando lugar de nuevo a la primavera. Cuando volvía con su raptor, la tristeza de Deméter atraía de nuevo al otoño. Y así en un ciclo incansable que garantizaba un frágil equilibrio entre el mundo real y el mundo de las divinidades.
Esta es mi participación para el reto «Imagena» del blog de Jessica Galera y está basado en su totalidad en uno de los mitos más característicos de la mitología griega.
Ohhhhhhhhhh, me encanta!!! Nadie como tú para traernos la mitología, que además tiene mil historias pero como para conoceras todas… ¡Muchas gracias,sister! MUACK!
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Gracias a ti, Sister 😀 Tú me serviste en bandeja la oportunidad de usar mi gusto por la mitología en tu propuesta para octubre 🙂
Un besazo ❤
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M’encanta la mitologia grega; m’apassiona, millor dit. I més contada per tu.
Una forta abraçada, Lídia!
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Moltes gràcies, Javi jeje Celebro que t’agradi el mite que he explicat, doncs la mitologia és el que m’apasiona 😀
Un abraçada de tornada per a tu! 🙂
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¿Qué bonito relato, y qué bien traído! La mitología es tan atrayente y en este pequeño relato está muy bien definida.
Un abrazo Lídia.
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Muchas gracias, Virtudes 😃 Celebro que te haya gustado el relato. Un abrazo grande de vuelta 😊💜
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La mitología inspira el relato y le da sabor a ciclos de eternidad. Es tiempo de frío, de húmedo viento, espesa niebla y ocres en el suelo. Un besazo. .
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Tu comentario es un poema, Carlos. 🙂 Gracias. Un besazo.
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Precioso… me encanta.
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Muchas gracias, Natalia 😃 Me alegra que te guste. La mitología es mi pasión. Un abrazo grande 💜
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Pingback: Top 12/2019 | El Blog de Lídia
Mira qué casualidad… o no. Esta entrada está escrita el 10 del 10 del 2019, hace justamente un año. Pues perfectamente explicado, coincide plenamente con lo que relatas en el vídeo. Y por cierto, esto de la estacionalidad y el reparto de Perséfone me hizo pensar si (no me he molestado en consultarlo), tendrá alguna relación con configuraciones de constelaciones en el firmamento. O para nada…
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He chafardeado un poco: tiene que ver con la aparición de la constelación de Virgo en el firmamento, parece. Aunque tal constelación se asocia también a otros mitos que nada tienen que ver…
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Exacto, es lo que sucede, que las constelaciones están asociadas a mitos diferentes, que no guardan relación entre ellos. Es decir, las constelaciones comparten el cielo nocturno, pero muy a menudo no tienen relación entre ellas.
Gracias por tu interés, What! 😊
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Ostras, pues no era consciente de que ya hacía un año. Qué bueno!
Gracias por tus palabras.
El tema de las constelaciones sí que guarda relación, más de lo que creemos. Tengo que hacer un vídeo de las constelaciones de otoño, que parten de un mito que me gusta mucho. Gracias de nuevo! 🙂
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