
Las piedras le hablaban cuando era pequeño. Al principio creían que se debía a su desbordante imaginación, pero cuando creció, demostró que había algo más; él tenía un don: era capaz de conectar con los espíritus de las piedras y con lo que le susurraban, esculpía su apariencia.
(48 palabras sin contar el título)
Esta es mi participación al reto «Emociones en 50 palabras» del blog de Sadire Lleire.

Lídia Castro Navàs

Muy bueno, Lídia! Original y misterioso😘
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Gracias 🙂💜
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Menos mal que no pensó que estaba loco y le hizo caso a las voces…
Saluditos. 😉
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De hecho, sí le hizo caso a las voces y esculpió lo que le decían 😉
Saluditos, Little!
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