
Todavía no le habían salido las alas a su montura, pero era necesario que sintiera el vértigo de las alturas antes de echar a volar. Por eso ella lo llevaba a lo alto de la torre para que experimentara esa sensación única. Ese día el viento soplaba fuerte y una tormenta se estaba forjando en el horizonte. Ninguno de los dos sabía que el caballo jamás obtendría sus alas, pero lo que nadie sospechaba era que volaría sin ellas.
Otra de mis tríadas: Ilustración + microrrelato + música. Recomiendo disfrutar todo a la vez. Espero que te guste.
Lídia Castro Navàs
¡Qué bonito! magia pura…
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Muchas gracias, Ana. Me alegra que te haya gustado la tríada. Un abrazo.
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Esto es precioso, llena el alma de fantasia, enhorabuena Lidia¡¡
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Muchas gracias, Mik!! 😊 Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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