No es fácil dar el paso. Que si las plumas, que si las lentejuelas… No es que me gusten, es lo que soy. ¡Qué sensación de libertad poderse mostrar como uno es! ¿No sé cómo he podido estar tanto tiempo encerrado en el armario? La música, las luces, los colores… Me fascina todo a mi alrededor. Sé que habrá quien lo desapruebe, pero me da igual. Ya no aguantaba más en ese maldito armario, entre plástico y naftalina. Solo espero que el año pase rápido para volver a salir en el próximo carnaval.
Firmado: Un disfraz.
Lídia Castro Navàs