Los juegos infantiles en la calle son el mejor recuerdo que un niño puede guardar en su memoria y también en su piel: carreras de obstáculos interminables sorteando a los viandantes; aguantar la respiración detrás de una farola y creer que es el mejor escondite; jugar a fútbol e ir todos detrás del balón sin pensar en las normas; salir con la bici y explorar nuevos mundos a la vuelta de la esquina…
Pero él no experimentó todo eso, no. Solo fue un mero espectador. Y es que él era un niño diferente; su piel no sufrió moratones, ni roces, ni chichones… pues era de cartón. Se dedicaba a observar el mundo detrás de un cristal; el cristal de su escaparate; allí donde pasó su vida como maniquí infantil.
Mis piernas en verano tenían señales por todos los lados…qué felicidad
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Verdad que sí?!?! Yo también llevaba las espinillas señaladas!!! jajajaja
Un abrazo, Rubia! 🙂
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Me encanta
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Muchas gracias, Marina!! Me alegra!! 🙂
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Un abrazo!
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Un relato muy original.
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Muchas gracias, Juan! Me alegra que te guste!! Un saludo 🙂
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Jjjaaja, si veo al maniquí andar me da algooo, ajajajaja, muy bueno, me has traído recuerdos de mi infancia.
Besos de luz primor.
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Jajajajaja Me da algo hasta a mí!!! que yuyu!!!
Muchas gracias, María! Un placer que te guste 🙂 🙂 Besos de luz de vuelta!!
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¿Sabes que cuentan que de pequeño, los maniquíes me daban … un «nosequé»?
Creo que me identifico más con los moratones en las piernas, que con el bueno del maniquí.
Abracada.
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¿Y a quién no le dan un «nosequé» los maniquís? Algunos son siniestros jajajaja
Yo también con las piernas!! jejeje dichosos moratones en las espillas!! 😉
Un abrazo, Carlos!!
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Pobre niño de cartón… Observando todo sin poder jugar. Muy original, Lidia, como siempre. Abrazos
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Mil gracias, Mayte! Contenta de que te guste!! Un besazo!! 🙂 🙂
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Y esas postillas que abarcaban toda la rodilla… Me ha dado hasta pena el maniquí, será siempre niño pero no podrá vivir todo eso. Muy bueno el microrrelato, ¡aunque la foto le delata! Un beso.
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Síii, lo sé! esta vez no pretendía engañar a nadie!! jejeje 😉 Muchas gracias, Luna! Me alegra que te guste. Un besazo 🙂
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Uy…pobres manequi..me dan lástima y escalofrío como los de niños tanto los de adultos.
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Síi, pobres, sin vida y sin poder vivirla! Gracias. Buenas noches 🙂
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Que tiempos aquellos, incluso para los maniquís. Un abrazo Lidia !
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Pues sí! Ya sabes lo que decía la canción: «cualquier tiempo pasado fue mejor» 😉 Buenos días de jueves!! Un abrazo, Francisco! 😃
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😉😉
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👏👏👏👏¡Cuánto ingenio e imaginación que posees, Lidia! Hoy nos has traído a este niño atrapado en su edad y eterna rigidez. Me gusta!😀
¡Felicidades! 😊
Un abrazo!! 😄
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Muchas gracias, Saricarmen! Qué madrugadora hoy, no? O sería trasnochadora? 😅 Para mí es muy pronto!! 😂 Buenos días de Jueves y un abrazo lleno de cariño 😘
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Trasnochadora… tenemos demasiadas horas de diferencia.
Por aquí con un jueves de cielo cubierto, lluvia y bastante viento.
¡Abrazos!
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Aquí un calor abrasador!!! Ya no se aguanta en las aulas!!!! Un abrazo fuerte!!
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¡Lo imagino! Es nada de envidiable trabajar con esas temperaturas tan altas; aunque en general pareciera que los españoles soportan mucho más el calor que nosotros. Allá, creo que colapsaría.
¡Besos!
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Aplausos de pie, me encanta! Besos Lidia!
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Me inclino en señal de gran agradecimiento!! Un abrazo, Bela!! 😊😘
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¡Ay…! ¡Qué penita me ha dado el maniquí! Me dan ganas de sacarlo del escaparate y de llevármelo de viaje. La foto ayuda a crear un ambiente más solitario si cabe.
Muy original, Lidia.
Besos.
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Gracias!! Me dio pena cuando lo descubrí, también!! 😃 Un beso 😘
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Recordo que de petit em sabia mal que se’m cressin els moratons, perquè per a mi eren com senyals de guerra, jajaja.
Més enllà d’això, trobo que a la vida hi ha molts maniquís, o que tots podem arribar a ser-ho, des de el moment en que perdem el control i ens convertim en simples espectadors de la nostra pròpia vida.
Una forta abraçada, Lidia!
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Així és, Javi! Hem d’intentar no convertir-nos en espectadors de la nostra vida, sinó que hem de ser els protagonistes! Gràcies. Una abraçada forta! 😊
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Excelente, me encantó
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Muchas gracias! Me alegra que te guste. Un saludo 😊
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Muy bueno, Felicidades. Te invito a que visites mi blog . Saludos.
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Muchas gracias!! Me alegro. Lo visitaré. Un saludo 😊
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Contiene un fondo poético, estupendo relato Lidia, no me quejaré de las pelotas rellenas con trapos, ni de los carreras de chapasmenos aún de la carencia de bici, pero que a ese tampoco se queje: ¡Que nunca le lavaron las rodillas con estropajo y jabón Lagarto!. Un beso
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Jejeje veo que tus recuerdos siguen intactos!! Pero… ¡¿estropajo y jabón lagarto?! 😨😨
Gracias, Carlos!! Un beso de viernes!! 😘
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Tal y como te lo digo! Lagarto para todo. Eso del champú y el gel de baño, son mariconadas que ni existían. La era de la química tiene una historia muy corta. Un beso.
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🙊 Qué bruto que eres, Carlos!! 😂😂😂
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Increíble historia, como todas las que escribes 😍
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Muchas gracias, Anónima(?)!! Me alegra que te gusten mis historias. Que tengas un feliz día 😊
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Esos niños sin infancia se quedan sin crecer del todo. Pobrecillos!
Saludos de domingo Lidia. 😉
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De hecho, crecer… no crecen!! jajaja 😉 Gracias, Little! Un abrazo 🙂
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Pobrete, cuánta envidia sentiría, ¿no? Sin un hada que lo convirtiera en muchacho de carne y hueso…
Una pregunta… ¿por qué tanto punto y coma? 😉
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Pues sí, da penita si lo piensas!! 😦
Lo puntos y comas con pausas, no tan largas como un punto y sí más que una coma. Y porque sí, porque me gustan jajajaja 😉
Gracias, Lord!
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😀 😀 😀 😀 😀
Es que a mí los punto y coma no me acaban de gustar, aunque los utilice precisamente de la forma en la que dices… Son manías al escribir, oye 😉
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Uff yo le tengo un poco de tirria a los maniquies desde que vi doctor who…Ya no los veo con los mismos ojos jajaja
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Te refieres a los autones, ¿no? ¡Qué yuyu dan! jajaja
Gracias por la visita, por leer y comentar.
Feliz día, Petro 🙂
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Cierto. Es que ese capítulo lo vi en inglés y por eso desconocía el término jajaja. Es un placer. Feliz día 🙂
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