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Fui conducido hasta el interior de una cueva que me pareció muy profunda. Llevaba los ojos tapados, así que solo podía escuchar el ruido del mar chocando contra las rocas. Cuando paramos nuestro avance, me quitaron la venda, pero no soltaron el amarre de mis manos. Justo delante mío se encontraba el sacerdote que oficiaría el sacrificio ritual en honor a los dioses. Alcé la mirada y vi que mi último escenario era un impresionante cenote bañado únicamente por la luz de las estrellas.
Lídia Castro Navàs
¡Es muy emocionante!
Besos de luz.
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Muchas gracias, María 🙂 ¡Tú siempre tan atenta!
Besos de luz de vuelta ❤
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La caída sería profunda al vacío. Muy bueno Lídia.
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Hasta llegar a la morada del Dios Chaac 😉
Muchas gracias, Mac 😀
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Saludos para ti.
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No me gustaría estar en su lugar… aunque lo has presentado espectacular. 😉
Un besote
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Muchas gracias, Luna 😀 Celebro que te guste 🙂 ¡Besote de vuelta, compi!
P.D.: ahora me paso por tu blog que tengo un ratillo 😉
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Y menos mal que había estrellas… Cuánta abstracción y cuánta realidad en cinco líneas.
Me pareció genial. Te felicito. Mi abrazo fuerte.
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¡Ay, muchas gracias, Julie! 😀 Agradezco siempre tus amables palabras 🙂 Un abrazo enorme ❤
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Buena propuesta para el «reto 5 líneas» Lídia.
Me ha parecido ver la escena.
Saludos
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Muchas gracias, Gustav! 😊 Me alegro que te haya gustado el micro.
Saludos de vuelta
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No se yo si las estrellas compensarían su situación, pero en todo caso, muy buen relato.
Otra abraçada.
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Muchas gracias otra vez, Carlos 😊🤗 Abraçada de vuelta.
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Wow! Molt ben escrit, pero acojonant.
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Moltes gràcies, Javi 😊 jeje 😅
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¡Uhhh…! No hubiese querido ocupar el lugar del protagonista, por mucho que alumbraran las estrellas. ¡Excelente micro, Lídia!
¡Un abrazo grande!
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Muchas gracias, Sari 😊 Des de luego el lugar del pobre infeliz no creo que lo quisiera nadie 😅
Un abrazo enorme de vuelta 😘
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