Esa sensación de pesadez, opresión en el pecho, frío intenso que recorre la espalda en forma de escalofríos, quemazón en los ojos, dolor de cabeza y de las extremidades. Los párpados parecen querer sucumbir a un sueño involuntario e inevitable. Incapacidad por dar un paso más allá de la cama o el sofá.
Alguien podría afirmar que se trata de un abatimiento emocional, pero no. Así se manifiesta la fiebre invadiendo nuestro organismo y dominándonos desde dentro.
(PS. hacía años que no alcanzaba los 39º)