
—¿Tarda mucho, no?
—Está al llegar, tranquila.
—Pero es que llevo mucho esperando y estoy ansiosa por verla.
—A ti lo que te pasa es que eres muy nerviosa e impaciente.
—¡¿Es que tú no la echas de menos?!
—Pues claro, Hortensia, pero no por ponerme más nervioso llegará antes. La primavera llega cuando tiene que llegar.
Lídia Castro Navàs