
Palazzo de Stupinigi (Turín, Italia). Foto: @lidiacastro79
Caminaba por los pasillos del palacio con nostalgia, arrastrando las enaguas de mi vestido de gala y admirando todo a mi alrededor: cortinas, molduras, tapices, pinturas, muebles, candelabros… Cuando llegué al salón de baile no pude sino rememorar los ecos de las canciones que una vez sonaron desde la galería donde se situaba la orquesta. No podía creerme que toda esa vida se estaba muriendo. Mi estatus llegaba a su fin.
Entrada para participar en el Reto 5 líneas del blog de Adella Brac: «Las palabras soñadas»
