
El día que me encontré con ella, estaba medio sumergida en las aguas del lago. En sus manos sostenía un recipiente de cerámica decorado con tonos dorados y rojos, del que salía una bruma inquietante. Cuando le pregunté qué era me respondió:
—Estoy invocando a las estrellas del firmamento que tanto os llaman la atención y así desviamos vuestra mirada al cielo.
Entonces entendí que lo importante no estaba ahí arriba.
Otra de mis tríadas: Ilustración + microrrelato + música. Recomiendo disfrutar todo a la vez. Espero que te guste.
Lídia Castro Navàs
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