– ¿Por qué están ahí sentados en el suelo?
– Bueno, están sobre la hierba… Les debe gustar.
– Pero las tumbonas tienen aspecto de ser cómodas y están vacías.
– Igual no son tan cómodas como parecen. Además, ¿qué sabrás tú?
– Nada… Creo que va a llover de un momento a otro. Lo siento.
– ¡Verás qué risa cuando se levanten todos y empiecen a correr! Jajaja
– ¡No, mejor que no. Que se refugian debajo nuestro y me dejan todo pisoteado!
– Si tenemos suerte nos abrazarán, a mí me encanta.
– Quita, quita. Yo paso de que me toquen…
– Ay, pero qué cascarrabias que eres, amigo roble.