
Sentían que el poder se les escapaba de las manos. La ira se apoderó de ellos. Los tres sabios propusieron su idea:
—Crearemos una nueva estructura. Se basará en la sumisión de las mujeres.
—¿Y si ellas no quieren? —se atrevió a decir uno, el que llevaba una amatista en el cuello y defendía que las mujeres solo querían la igualdad, no ser superiores.
—No podrán decidir. Quedarán atadas en esa espiral invisible.
—Entonces seremos nosotros los superiores —volvió a hablar.
Los tres sabios hicieron un gesto y se lo llevaron para silenciarlo. Luego continuaron.
—La estructura se llamará Patriarcado.
Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de marzo, un microrrelato de 100 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.
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Lídia Castro Navàs


Hola Lidia, tocas un tema que a algunos hombres seguro les sentará mal (conste que dije «algunos»). Puede ser que no se haya dado esta realidad de la manera que lo expones porque lo nuestro, a veces, es imaginar alternativas a la realidad. Me encantó como usaste los elementos del reto para crear un relato actual y lleno de significado para quien lo quiera ver. Saludos.
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Hola, Ana. Muchas gracias. Esto es solo un relato distópico, pero como dices, nos recuerda una realidad. Curioso que, incluso para escribir un relato o un comentario, tengamos que puntualizar para que nadie se ofenda. Las mujeres llevamos siglos pidiendo algo que nos pertenece por el simple hecho de Ser, que se nos considere personas iguales a las demás.
Un abrazo.
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«A algunos hombres seguro les sentará mal». Pues diría que resulta muy evidente que el negacionismo (el negar realidades que son obvias) nunca lleva a buen puerto… más bien todo lo contrario. «Bienaventurados los negacionistas que abren los ojos y rectifican». ¿Esto lo dijo algún profeta? No. Me lo acabo de inventar. 😀
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Muy bueno y totalmente oportuno para las fechas en las que estamos. Ahora soy yo el que te digo que me resulta prodigioso cómo has relacionado los elementos de la carta y el reto con un tema tan «actual» (es irónico usar este adjetivo cuando es un problema que viene de tan y tan lejos). De verdad, fantástico cómo en tan pocas palabras (100😀) has dicho tanto.
La reminiscencia a la obra de Tolkien es rápidamente olvidada cuando quien lee se adentra en los detalles de la escena.
Ya se ve cómo esa voz discordante y sensata es rápida y convenientemente apartada y silenciada. Diría también, usando el humor y el sarcasmo (aunque el asunto no tiene ninguna gracia) que esos «señores», o sea, los pilares que sostienen esa estructura me parece que son muchos más de tres, bastantes más. A los tres señores que retratas quizá se les conoce con distintos apodos («sometimiento», «control del poder», «machismo»), aunque insisto en que son más.
Me gustaría que este relato distópico tuviera una continuación más o menos parecida a esto:
Tuvieron que pasar miles y miles de años para que los tres sabios empezaran a darse cuenta de que era imposible ejercer un control efectivo y real sobre la estructura. Esa espiral, esas formas curvilíneas habían adquirido tanta fuerza que giraban como un verdadero torbellino, y amenazaba con hacer explosión para expandirse, con engullirles o quizá más probable, con derribarles de espaldas cual títeres sin ya poder alguno. Costó mucho, pero se dieron cuenta de que era más armónico, lógico y natural dejar a la estructura girar por sí sola, soltando el control, dejando que existiera y funcionara basándose en la humanidad de las personas, con independencia de su género, identidad o características de todo tipo. En esa espiral se daría una verdadera igualdad y no ningún tipo de superioridad asociada a roles.
Además concurrieron dos factores más. El primero, que las voces disidentes al principio silenciadas surgieron constantemente a lo largo de los siglos, siendo imposible acallarlas. Cada vez eran más y hablaban más claro y más fuerte. Y dos, que muchos de los puntos en que confluían esas líneas en espiral también fueron adquiriendo más relevancia y fuerza. Eran mujeres, por supuesto, y su lucha hizo evidente que el intento de control de los tres sabios cada vez se revelara más ridículo e inexistente. Esos puntos de confluencia habían cambiado por completo la estructura, dándole una fuerza interior que los tres sabios (¿?) ya no podían controlar. Cada vez resultaban más anacrónicos y desfasados, tan ridículos como un Rubiales argumentando que un beso forzado no es un beso forzado (por ejemplo).
En fin, que después de leer tu micro varias veces se entienden a la perfección estas dos frases:
«Sentían que el poder se les escapaba de las manos. La ira se apoderó de ellos».
Insisto y vuelvo a lo de «Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas«, la inscripción del Anillo Único de Tolkien, pues la semejanza es tremenda si cambiamos el masculino por el femenino.
Namaste.
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No podías analizarlo mejor. Me alegra que hayas captado tan bien cada palabra no escrita, cada matiz del relato. Gracias, de verdad gracias por leer, analizar, comprender y compartir este sentir.
Un abrazo.
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Un micro excelente. Esperemos que ese patriarcado se va ya quedando en el olvido. Un abrazo
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Gracias, Nuria. Esperemos. Un abrazo.
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Hola Lidia, mucha razón en lo que dices, por suerte ese esquema al menos en esta parte del mundo está llegando a su fin, lamentablemente en medio mundo aún sigue vigente.
Un abrazo grande!.
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Muchas gracias, Roberto. Valoro tu comentario. Un abrazo.
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Gracias a ti, con respecto a mi comentario, creo que todo hombre de bien debería sostenerlo.
Abrazo grande!.
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Hola Lidia
Iba a decirte que me gustó mucho tu distopía, pero me di cuenta que en realidad no lo es, porque el tiempo en el que transcurre la acción no es el futuro sino el pasado, un pasado cruel donde estos tres sabios decidieron que el sometimiento de las mujeres reinara en la tierra por los siglos de los siglos en diferentes formas y pensamientos.
Sólo habrá que esperar que la forma de ver la realidad cambie, aunque, visto lo visto, me pregunto si esas circunferencias no nos engañan y nos llevan hacia el pasado en lugar de hacia el futuro.
Un abrazo fuerte
Marlen
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Gracias, Marlen. En realidad, a veces me da la sensación de que vivimos en una distopía, así que depende por donde lo miremos puede ser una distopía o algo muy real. Seguiremos aquí para visibilizar las injusticias. Un abrazo.
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