La llave

Eileen* volvía a encontrarse en ese laberinto de piedra seca, donde la vegetación crecía sin orden. Caminó con decisión, dispuesta a dar con la llave que abriría esa puerta circular. Estaba segura de que tras ella hallaría la respuesta a todas sus preguntas. Pero, en realidad, la chica no estaba en un laberinto real, sino en uno emocional; y esa llave que ansiaba tener no era más que la fórmula para gestionar todo lo que sentía. No tardaría en dar con la fórmula, mientras tanto, su mente recreaba ese espacio inventado para ayudarla.

*Microrrelato inspirado en la protagonista de mi novela Melodía ancestral.


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de noviembre, un microrrelato de 93 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

¡Te invito a participar!

Puedes consultar las bases aquí:

¿Te interesan los juegos de mesa que te ayuden a mejorar tu escritura? 

Te aconsejo unos cuantos. Echa un vistazo en el siguiente enlace:

Lídia Castro Navàs

12 comentarios en “La llave

  1. Hola, Lidia:

    en realidad, la chica no estaba en un laberinto real, sino en uno emocional; y esa llave que ansiaba tener no era más que la fórmula para gestionar todo lo que sentía.

    Normalmente, esos laberintos son peores que los físicos… a pesar de que estos son complicados.

    Un abrazo. 🤗

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.