El chico desapareció sin dejar rastro: ni una pista, ni una prueba, ni un cuerpo… ¡Nada! Recorrimos toda la línea de costa en su búsqueda pero resultó infructuosa.
Años después supimos que nuestro error fue buscar en tierra. El chico no desapareció, sino que se convirtió en velero para poderse fundir con el mar.
Se encontraba en un claro del frondoso bosque. El sol brillaba de forma muy intensa en su cénit. Estaba rodeado de esbeltos árboles y la hierba era tan alta que le llegaba a los tobillos. Se hallaba solo, en pie, mirando al suelo, meditativo. Una media sonrisa se dibujaba en sus carnosos labios y lo envolvía una especie de aureola enigmática.
¿En qué estará pensando? −me pregunté.
Vestía su inseparable camiseta de tirantes naranja, esa que se había comprado en aquel viaje a Hawaii. Un viaje que hizo en solitario, para aprender una técnica que practicaban los indígenas, basada en conseguir la armonía a través de la luz y el amor incondicional. A su edad, y con su aspecto, nadie esperaría que sus intereses fueran tan espirituales. Lucía los tatuajes de sus brazos bien visibles. Muchos de ellos, tribales, en honor al dios Wolfat*, tal y como me había explicado la única vez en que habíamos hablado. Me presenté frente a él y, sin más, le pregunté el significado de sus tattoos. No era en absoluto hablador, pero si le preguntabas te respondía con la cortesía propia de una persona de otra generación. Una coleta recogía su pelo rubio y liso, dejándole el rostro despejado, cosa que le favorecía en desmesura. Lo que más me gustaba, era su carácter reservado, aunque él no parecía darse cuenta de lo atractivo que resultaba.
*Dios hawaiano inventor de los tatuajes, quien enseñó a los humanos el arte de tatuar.
Lídia Castro Navàs
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¿Qué andas buscando? ¿Qué es verdaderamente lo importante a entender y realizar? ¿Quién o qué eres? No somos, desde luego, el pensamiento. ¿Existe un yo separado e individual, o no es más que una imagen mental? ¿Qué son la mente, la conciencia, el Sí Mismo, la luz interior? Preguntas que apuntan a una "respuesta" mucho más profunda y real que lo meramente intelectual: Solo-Ser más allá de toda elaboración mental, discriminación, juicio, conceptualización, definición, categoría o dualidad sujeto-objeto. Una luz cegadora, incondicionada, que todo lo traspasa: la Mente Despierta, que a la vez es la No-Mente. La ausencia de sujeto y de todo registro mental. Todo sencillamente fluye
No se trata de nada sino de seguir viviendo dando una respuesta o una salida a ese vacío existencial original que está en el centro la galaxia llamada "yo".
Emociones, Poesía, Relatos, Carteles, Fotografías. Un doblado, "doblao" en Aracena, el pueblo de mis padres, es un lugar de la casa, en la parte más alta, bajo el tejado, al que se accede por una angosta escalera. Es un espacio no habitable donde se almacenan objetos viejos o de poco uso, y también algunos alimentos, como patatas o cebollas, entre otros. En mi Doblao del Arte guardo mis creaciones, emanadas de mis sentimientos y vivencias, que entroncan con mi imaginación, mi pensamiento, mis emociones, mi presente y mi pasado, todo ello condicionado por mis raíces.