
Foto del instagramer: @debenlikin
Se encontraba en un claro del frondoso bosque. El sol brillaba de forma muy intensa en su cénit. Estaba rodeado de esbeltos árboles y la hierba era tan alta que le llegaba a los tobillos. Se hallaba solo, de pie, mirando al suelo, meditativo… Una media sonrisa se dibujaba en sus carnosos labios y lo envolvía una especie de aureola enigmática.
¿En qué estaría pensando? -me pregunté.
Vestía su inseparable camiseta de tirantes naranja, esa que se había comprado en aquel viaje a Hawaii. Un viaje que hizo en solitario, para aprender una técnica que practicaban los indígenas, basada en conseguir la armonía a través de la luz y el amor incondicional. A su edad, y con su aspecto, nadie esperaría que sus intereses fueran tan espirituales. Lucía los tatuajes de sus brazos bien visibles. Muchos de ellos, tribales, en honor al dios Wolfat*, tal y como me había explicado la única vez en que habíamos hablado. Me presenté frente a él y, sin más, le pregunté el significado de sus tattoos. No era en absoluto hablador, pero si le preguntabas, te respondía con la cortesía propia de una persona de otra generación. Una coleta recogía su pelo rubio y liso, dejando su rostro despejado, cosa que le favorecía en desmesura. Lo que más me gustaba, era su carácter reservado, aunque él no parecía darse cuenta de lo atractivo que resultaba.
*Dios hawaiano inventor de los tatuajes, quien enseñó a los humanos el arte de tatuar.
@lidiacastro79
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