Juicio final

De repente apareció una figura en mi habitación. Portaba una balanza en una mano y en la otra una espada. De no ser por las grandes alas que asomaban por su espalda, hubiera dicho que era una mujer cualquiera, pero era Maat, diosa egipcia de la justicia. Dejó su balanza ante mí; en uno de los platos había una howlita. Recordaba de mis libros de mitología que se pesaba el corazón con una pluma. El otro platito estaba vacío. 

—Ha llegado tu juicio. 

Entonces entendí la función de la espada que sostenía. Me estremecí, pero no hice nada para evitarlo. 


Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de septiembre, un microrrelato de 100 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.

¡Te invito a participar!

Puedes consultar las bases aquí:

¿Te interesan los juegos de mesa que te ayuden a mejorar tu escritura? 

Te aconsejo unos cuantos. Echa un vistazo en el siguiente enlace:

Lídia Castro Navàs

18 comentarios en “Juicio final

  1. ¡Una aparición y con una sentencia! Eso encoge a cualquiera.
    Te ha venido como anillo al dedo el tema, ¡con lo que te gusta la mitología!
    Y yo lo he disfrutado. Además, dejas la línea abierta para el final, ¿qué puede suceder?
    Un beso enorme.

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  2. Muy lindo Microrrelato, si no es muy tarde me gustaría participar este mes.
    Gracias Lídia por permitirnos disfrutar de tu arte, sinceramente me metí en tu historia y por un momento pensé que Maat me hablaba a mi, jaja
    Me gustó mucho, realmente sabes como hacer que el lector forme parte.

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  3. Este singular relato evoca remembranzas de incursiones psiconáuticas pretéritas en las que se hiciera evidente el arquetipo de… ‘juicio de Anubis’, ‘de Mat’ o ‘juicio final’.

    El asunto vendría a ser hecho totalmente factible y consumable una vez traspasada la frontera entre la vida orgánica y lamal llamada…’muerte’.

    Pero lo más sobrecogedor del evento se traduce en que el togado y sentenciador de tamaña jugarreta sumarísima no es otro que… el ‘sí mismo’.

    Y eso es lo que más acongoja.

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    • Hola, Al. Gracias por tu comentario y valoración. Es cierto, somos víctimas, jueces y verdugos a la vez. Sobre todo jueces de todo el mundo (y algo menos de nosotros mismos).
      Tenemos mucho que aprender de la mitología, pues contiene secretos ancestrales.
      Un abrazo.

      Me gusta

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