
Me encontraba en el tejado cuando vi caer una estrella sobre nuestro pueblo. Pedí un deseo: conocer los mayores secretos del Universo. Y esa misma noche se me concedió. Pude ver cómo los dioses, que no eran más que niños, jugaban con nosotros a su antojo y provocaban tormentas, incendios e inundaciones. Cuando se cansaron de eso, decidieron entregar la pólvora a los humanos. Ahí, la historia cambió radicalmente. Las guerras asolaron la Tierra y los dioses perdieron el poder sobre la humanidad para siempre.
Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de octubre, un microrrelato de 85 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.
¡Te invito a participar!
Puedes consultar las bases aquí:
¿Te interesan los juegos de mesa que te ayuden a mejorar tu escritura?
Te aconsejo unos cuantos. Echa un vistazo en el siguiente enlace:
Lídia Castro Navàs
Buenos día Lidia.
¡Extraña mente la de los humanos! Pretenden conocer los mayores secretos del Universo y, cuando lo logran, tardan muy poco en destruir todo: lo aprendido y lo vivido.
Un abrazo.
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Jajaja así es. El regalo de los dioses no podía ser menos prudente. Aquí seguimos para aprender, a ver si nos entra de una vez la lección. Gracias. Un abrazo.
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Cuánto daño ha hecho la pólvora a la humanidad. Al menos, la dinamita creó los premios Nobel.
Besitos 😘
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Hola, Lídia!! me gusta mucho tu micro!! A modo de leyenda, nos introduces en un mundo de dioses infantiles que controlan la naturaleza y que juegan con los humanos. Su aburrimiento, conlleva a la perdición a la humanidad de la que son responsables. Con tan pocas palabras has creado un mundo sobrenatural con un enfoque distinto del habitual. Muy original!! Enhorabuena y un abrazo!!
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Muchas gracias, Cristina 🙂 Me alegro de tu visita y de que te haya gustado el micro. Un abrazo y feliz domingo ❤
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