El hada estaba desesperada. Nunca moría del todo, siempre volvía a habitar en el bosque. Pero sentía que su existencia era muy limitada, pues anhelaba hacer cosas que su condición no le permitían. En su trigésima séptima vida, se propuso cumplir algunos de sus propósitos. Había conseguido subir al Everest, recorrer a pie la Gran Muralla China y tirarse por las cataratas del Niágara, pero sus alas habían quedado inservibles por la presión del agua. Ahora solo quería que el tiempo pasase rápido para tener unas alas nuevas. Mientras, ansiaba volver a volar, aunque tendría que hacerlo en globo aerostático.
Esta es mi propuesta para Escribir Jugando de abril, un microrrelato de 100 palabras (sin contar el título), basado en el desafío. Descúbrelo.
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Lídia Castro Navàs
El Blog de Lídia 
No morir del todo debe ser algo complicado.
Como decía Sabina, prefiero envejecer sin dignidad.
Besitos 😘
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La eternidad no debe ser tan genial como la pintan en las ficciones. Un abrazo, Ratoner.
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Muy ingenioso Lidia, nos presentas a un hada inmortal que le ha agarrado gusto a los viajes. Espero que pueda colmar sus ansias viajeras y que ese vuelo en globo sea fantástico, mientras le crecen sus propias alas. Me gustó mucho, saludos.
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Muchas gracias, Ana. El hada viajera y desesperada por unas alas nuevas es piscis y está siempre en las nubes jaja Un abrazo
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Buena imaginación del hada desplumada que espera renacer como reluciente cisne. Emula tiempos humanos.
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Muchas gracias, Guille! 😃 A veces queremos ser lo que no somos y pasa lo que pasa. Un abrazo.
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¡Claro, tanto fue el cántaro a la fuente que al final, adiós cántaro!
¿Y eso no se lo dijeron los dados?
Me ha encantado la historia de este hada 🙂
Muchos besos, Lídia.
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Muchas gracias, Maga! Me alegra que te haya gustado. Un abrazo grande 💜
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Nos has pintado un hada muy peculiar. Ahora ya no podré quitarme de la cabeza su imagen subida en un globo. Muy bueno.
Un saludo, Lídia.
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Muchas gracias, MJ. Me alegra que te gustara. Un abrazo 🤗
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