La maga navegante

Los isleños no habían visto nada igual: la maga llegó navegando, en un transporte que no se hundía en el agua. Les dijo que una grave maldición pesaba sobre la tribu y que ella podía ayudarles. Estaban asustados, pero lo habían intentado todo para evitar las muertes prematuras de los niños. Bajo la luna creciente, esa enigmática mujer invocó una suerte de espíritus de animales, que se repartieron hasta cubrir toda la isla. Antes del amanecer, los espíritus volvieron a fundirse con el fuego y la maga desapareció en su bote. Después de un tiempo, supieron que había funcionado.


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Lídia Castro Navàs

14 comentarios en “La maga navegante

  1. Cargado de humanidad, como a mí me suelen gustar. Es bueno pensar que todavía pueden quedar personas que dediquen sus conocimientos y su sabiduría a ayudar a los demás. En el caso de tu microrrelato, la técnica de la navegación para llegar al lugar dónde necesitan a la protagonista y la magia de los espíritus benefactores aplicada por ella.
    Gracias por compartirlo.
    Un abrazo.

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  2. ¡Hola, Lídia!
    Me ha encantado eso de que la maga llegara en una barca y que los isleños no supieran qué era eso. No sé por qué nunca lo habría hilado así. Creo que soy mucho más prosáica ¡Ja, ja!
    Es curioso cómo a cada cual le evoca historias diferentes. La tuya me ha gustado mucho, como siempre.
    Un abrazo.

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