¡Cuánta desazón!

captura

¡Cuánta desazón llenando mis días! Los ratos de lectura en el claustro se habían convertido en el momento preferido de mi aburrida existencia. La prohibición de mi padre de montar a caballo me había alejado de los establos, del campo y de lo único que me proporcionaba la libertad ansiada. Ya solo me quedaba perderme en las historias que jamás protagonizaría.

@lidiacastro79

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Desvelada 

Se había desvelado, como todas las noches, y estaba paseando por el claustro con la única compañía de un hermoso amanecer. El frío viento matinal le rozó su pálido rostro y se estremeció. Se abrazó a sí misma arropándose con el manto de lana que cubría su camisón. Estaba nerviosa, por eso le costaba conciliar el sueño. No tenía elección, debía casarse con un hombre que le causaba repulsión porque así lo había decidido su padre.

@lidiacastro79

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