
Collage hecho por mí con Canva.
A veces vuelven a asomar las náuseas por mis ojos
y la amenaza del vómito me deja sin respiración.
No me duelen las lágrimas perdidas.
Siento esa sensación en el pecho, de encogimiento;
un agujero negro que crece veloz y sin descanso, inevitable.
No me duelen las lágrimas perdidas.
Me asaltan los pensamientos recurrentes
que apagan toda esperanza y oscurecen mi luz.
No me duelen las lágrimas perdidas.
Lo que me duele es el tiempo…
el tiempo perdido anhelando una ausencia.
Lídia Castro Navàs