Volvía a llover. La temperatura era fresca aún siendo un domingo de agosto; mis entrañas notaban la humedad excesiva en el ambiente. Los campistas habían vuelto, dejando esa furgoneta, azul turquesa con cortinillas, tapando mi visión. ¡Cómo odiaba ese mal gusto para los colores y los complementos; pero odiaba, más aún, que aparcaran ahí, dejando oculta mi belleza natural.
Firmado: una glorieta de madera indignada.
Mis historias y otros devaneos by Lídia Castro Navàs is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.