
—¡A ver, cuadrilla! Acabo de hablar con el Faraón y le he enseñado las muestras de los capiteles.
—¿Y cuál le ha gustado más? ¿Cuál es el que tenemos que esculpir? —pregunta uno de los escultores.
—Resulta que le han gustado todos. Estaba muy contento esta mañana, seguro que los dioses le sonríen —responde el arquitecto real.
—¡Eso es genial! Nunca se muestra tan complaciente —exclama contento el mismo escultor.
—¿Pero entonces, cuál deberemos instalar? —insiste otro.
—Pues como no ha podido decidirse, me ha pedido que pongamos uno de cada —contesta bajando la mirada.
—Ya me parecía a mí… ¡Tan caprichoso como siempre!
Lídia Castro Navàs



